A partir del segundo semestre de 2024, los precios domésticos de la electricidad en Europa muestran signos de estabilización tras las fuertes subidas provocadas por la crisis energética de 2022. Sin embargo, los precios siguen variando significativamente de un país a otro y se mantienen por encima de los niveles anteriores a la crisis.
Según los últimos Datos de Eurostat, el precio medio de la electricidad residencial en toda la UE (impuestos y tasas incluidos) es de 0,287 euros por kWh, lo que equivale aproximadamente a 0,25 libras por kWh. Esta media oculta una amplia gama de precios en función de las políticas energéticas nacionales, los niveles impositivos y las estrategias de combinación energética.
Alemania sigue siendo el país con los precios de la electricidad más altos de Europa, alcanzando aproximadamente los 0,39 euros/kWh (unos 0,34 euros/kWh). Esto se debe en gran medida a la política alemana de transición energética (Energiewende), que incluye elevados recargos por energías renovables y tarifas de red.
Dinamarca también tiene unas tarifas eléctricas residenciales elevadas, en torno a 0,31 euros/kWh (0,27 libras/kWh), impulsadas principalmente por impuestos y recargos medioambientales para financiar proyectos de energía limpia.
En el otro extremo del espectro, Hungría ofrece una de las tarifas eléctricas domésticas más bajas de la UE, con sólo 0,091 euros/kWh (0,08 libras/kWh), gracias a las fuertes subvenciones públicas y a la regulación del mercado.
En el Reino Unido, a principios de 2025, las tarifas eléctricas domésticas rondaban las 0,27 libras/kWh (0,31 euros/kWh). Además, las facturas de electricidad del Reino Unido incluyen un cargo diario de aproximadamente 0,54 libras, lo que hace que los costes totales de la energía doméstica sean aún más altos que en muchos países de la UE.
Varios factores clave contribuyen a la disparidad de precios:
En bomba de calor aerotérmica (ASHP) es una de las tecnologías más eficientes energéticamente disponibles para la calefacción residencial y la producción de agua caliente. A pesar de las variaciones regionales en los costes de la electricidad, las ASHP pueden reducir significativamente los gastos totales de calefacción en comparación con los sistemas de calefacción tradicionales, como las calderas de gas o gasóleo.
Aunque los elevados precios de la electricidad pueden suscitar preocupación por los costes de funcionamiento, la rentabilidad global de las bombas de calor sigue siendo buena en la mayoría de las regiones debido a:
De hecho, en países como Alemania o Suecia, a pesar de que los precios de la electricidad son más elevados, las bombas de calor siguen estando muy extendidas gracias al fuerte apoyo gubernamental y al potencial de ahorro a largo plazo.
Aunque los precios de la electricidad en Europa son más estables en 2024 que en los dos últimos años, siguen influyendo en el comportamiento de los consumidores y en el ritmo de adopción de energías limpias. Tecnologías como las bombas de calor aerotérmicas desempeñarán un papel fundamental en el esfuerzo europeo por descarbonizar los edificios, especialmente a medida que los gobiernos impulsen una mayor eficiencia energética y la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.
Para los propietarios de viviendas, conocer las tendencias nacionales de los precios de la electricidad es esencial para tomar decisiones energéticas con conocimiento de causa, ya sea invertir en una bomba de calor, mejorar el aislamiento o integrar termostatos inteligentes.