Las bombas de calor aerotérmicas y las bombas de calor geotérmicas funcionan de forma ligeramente distinta, ya que ambas captan el calor del ambiente exterior, el aire o la tierra, y lo introducen en la vivienda para calentarla. Este sistema difiere de los sistemas centrales convencionales, como la caldera central de gas, que calienta consumiendo combustible. Hay muchos tipos de calefactores muy utilizados, como las calefacciones que calientan el aire y luego lo hacen circular por un sistema de tuberías y radiadores, pero las bombas de calor ofrecen una opción más eficiente desde el punto de vista energético para calentar las viviendas. Las bombas de calor, concretamente las bombas de calor aire-agua, funcionan captando el calor del aire exterior y transfiriéndolo al agua, que luego circula por un sistema de distribución de calefacción, como un sistema de calefacción por suelo radiante o radiadores domésticos. Esto las hace compatibles con los sistemas de calefacción tradicionales, proporcionando soluciones de calefacción eficientes y rentables.
Sin embargo, las bombas de calor funcionan con una temperatura de impulsión menor en comparación con las calderas de gas, en las que el agua se suministra a temperaturas mucho más elevadas. Una de las consecuencias de esta diferencia es que, en los casos en que las bombas de calor se instalan en una zona con radiadores, éstos pueden haber sido diseñados para funcionar a estos niveles más altos de eficiencia con una temperatura de suministro más elevada. TEMPERATURA MÁS BAJA - Para que los radiadores funcionen eficazmente con bombas de calor, es posible que tengan que cubrir más zonas o tener una estructura interna diferente para emitir eficazmente la misma potencia calorífica a temperaturas más bajas. Aquí es donde entra en juego un intercambiador de calor, ya que ayuda a transferir el calor de la bomba de calor a baja temperatura al agua de los radiadores, permitiendo que funcionen juntos de forma eficaz.
Cuando se hacen bien, las bombas de calor son una gran innovación que asegurará que los propietarios de viviendas se preparen para el cambio que favorecerá a los sistemas basados en radiadores con una eficiencia muy alta al mismo tiempo que se asegura que se proporciona el confort adecuado según lo previsto. El uso de bombas de calor presenta un reto incompatibilidad con los radiadores domésticos que pueden ser utilizados en el edificio y por lo tanto la necesidad de garantizar que las bombas de calor funcionará bien con los sistemas de radiadores actuales. Esto también podría incluir la eliminación de algunos radiadores anticuados por radiadores de nueva generación que se han desarrollado para utilizarse a temperaturas más bajas, lo que los convierte en la mejor opción para las bombas de calor. Además, puede ser necesario cambiar el patrón de la pared para dar cabida a más superficies por las que el calor pueda circular libremente, mejorando aún más la eficiencia del sistema.
Hay que tener en cuenta varios aspectos a la hora de evaluar si es posible utilizar los radiadores existentes empleando los servicios de una bomba de calor. La primera consideración es la capacidad calorífica de los radiadores a bajas temperaturas, que difiere de la de las bombas de calor. Históricamente, los radiadores de estilo antiguo se instalan y dimensionan en proporción a la temperatura de flujo más alta que se obtiene con las calderas de calefacción central de gas o gasóleo. Al convertirlos a bomba de calor, las temperaturas de flujo más bajas pueden dar lugar a una producción de calor inadecuada si sólo pueden calentar el espacio más grande de las zonas habitables. Sin embargo, si se sustituyen los radiadores por otros más eficientes, diseñados para funcionar con temperaturas de flujo más bajas, se puede mejorar la transferencia de calor en la vivienda, lo que permite utilizar una bomba de calor sin sacrificar el calor y el confort. Además, el uso de aire frío como medio para generar calor mediante bombas de calor puede ser más eficiente y rentable que los métodos de calefacción tradicionales.
Para decidir qué estancias son compatibles con cada uno de ellos, la mejor práctica consiste en realizar un ejercicio de cálculo de las pérdidas de calor de cada espacio. Este cálculo ayudará a determinar la cantidad de calor que los radiadores existentes son capaces de producir en estas circunstancias alteradas, y si hay que traer más calefactores para complementar la instalación. A veces, añadir más radiadores o cambiarlos por otros mejores que funcionen mejor cuando las temperaturas son bajas puede ayudar a solucionar esos problemas.
Estas comprobaciones pueden ser realizadas por un instalador de bombas de calor o por un técnico de calefacción, que podrá recomendarle lo que debe cambiar para que su calefacción siga siendo todo lo eficiente que necesita. Pueden determinar el tamaño, el aspecto y el estado de sus radiadores actuales y si necesitará calefactores adicionales, como calefacción por suelo radiante o toalleros calefactados.
Uno de los parámetros clave de las bombas de calor son las bajas temperaturas de impulsión, que describen la capacidad del radiador para trabajar con bombas de calor. Así, dependiendo de la bomba de calor, el agua se suministra a temperaturas que oscilan entre los 35 °C y los 45 °C, mientras que en los sistemas que utilizan calderas de gas, las temperaturas del agua oscilan entre los 60 °C y los 80 °C, lo que implica que los radiadores deben dimensionarse adecuadamente para tratar el agua caliente a temperaturas de flujo tan elevadas. Sin embargo, con los avances tecnológicos, ahora hay radiadores diseñados específicamente para funcionar con bombas de calor y emitir suficiente calor a temperaturas de flujo más bajas, lo que resulta en un sistema de calefacción más eficiente y rentable.
La eficacia de un radiador supone una correlación independiente de su capacidad para liberar el calor necesario para calentar las habitaciones, sobre todo cuando hace frío en el exterior. A temperaturas de flujo más bajas, los radiadores deben tener una superficie mayor, ya que se combinan para desarrollar la misma producción de calor. Podría incluir radiadores convencionales más elaborados y adicionales en toda la vivienda o emplear radiadores especiales de baja temperatura perfectamente compatibles con las bombas de calor.
Además, el material utilizado para los radiadores también influye en su capacidad para calentar una zona determinada. Por ejemplo, los radiadores de aluminio son populares por su corto tiempo de calentamiento y su rápida reacción a los cambios de temperatura de flujo, lo que resulta muy útil cuando se trabaja con sistemas con radiadores de bomba de calor; los radiadores de hierro fundido tienden a tardar más tiempo en calentarse y alcanzan las temperaturas establecidas con temperaturas de flujo más bajas.
Aspecto | Impacto de las bajas temperaturas de flujo |
Temperatura del agua | Las bombas de calor suministran agua a una temperatura de entre 35 °C y 45 °C, sensiblemente inferior a los 60 °C-80 °C típicos de los sistemas de calderas de gas. |
Dimensionamiento del radiador | Los radiadores deben tener el tamaño adecuado para gestionar eficazmente la salida de temperatura más baja para una calefacción eficiente. |
Avances tecnológicos | Los nuevos diseños de radiadores están específicamente adaptados para funcionar con eficacia a estas temperaturas más bajas, mejorando la eficiencia del sistema. |
Requisitos de potencia calorífica | Los radiadores deben tener una superficie mayor o un número mayor para conseguir la misma potencia calorífica que con temperaturas más elevadas. |
Consideraciones materiales | El material del radiador influye en su eficacia calorífica: |
Radiadores de aluminio | Conocidos por sus rápidos tiempos de calentamiento y su capacidad de respuesta a los cambios de temperatura del flujo, resultan ideales para los sistemas de bomba de calor. |
Radiadores de hierro fundido | Éstos tienen períodos de calentamiento más largos y pueden no alcanzar las temperaturas requeridas tan eficientemente a temperaturas de flujo más bajas. |
La combinación de bombas de calor con radiadores también contribuye a los cambios estacionales y al cambio energético a energías renovables, así como a la mejora de la eficiencia de los sistemas de calefacción. Las bombas de calor son, por tanto, eficientes, porque se necesita menos energía para transportar el calor en comparación con los sistemas que crean calor mediante la combustión de combustible. Esto significa, sencillamente, que el funcionamiento de la matriz térmica es más eficiente y se traduce en una reducción de la factura energética y de los costes globales de calefacción.
Sin embargo, cuando se utilizan con radiadores destinados a funcionar a baja temperatura, también puede mejorarse la eficiencia global del sistema. Los radiadores de este tipo están diseñados para aprovechar al máximo el calor de las temperaturas más bajas sin desperdiciar ni un solo vatio. Así, la combinación no sólo hace que la vida en el interior sea confortable, sino que también ayuda a reducir en gran medida las emisiones de carbono y, en general, a cumplir las normas de conservación de la energía en todo el mundo.
Sin embargo, esta eficiencia puede aumentarse con termostatos inteligentes y capacidades zonales en un hogar, de modo que la calefacción pueda regularse por completo. De este modo, no se utiliza energía innecesariamente para calentar oficinas o habitaciones cuando no hay gente o cuando la gente quiere que sus habitaciones u oficinas estén un poco calientes o frías, según sus deseos.
Una bomba de calor combinada con radiadores debe estar bien instalada para garantizar que cumple la función prevista y alcanza el nivel de eficiencia que se supone que debe ofrecer. Hay algunos factores esenciales que deben aplicarse para mejorar la funcionalidad general del sistema. En primer lugar, el aislamiento térmico adecuado de la vivienda puede considerarse el factor más importante. Algunas de las ventajas de un aislamiento adecuado son Las siguientes son algunas de las ventajas a las que contribuye un aislamiento excelente: Minimiza la pérdida de calor, lo que es primordial en el caso de que se utilicen bombas de calor con radiadores, ya que evita el desperdicio del calor inferior en los pisos superiores. Además, es importante considerar la conveniencia de instalar calefacción por suelo radiante frente a radiadores, especialmente en viviendas con suelo suspendido en los pisos superiores. En los casos en que la calefacción por suelo radiante no sea una opción, se puede instalar un nuevo sistema de radiadores en toda la casa como alternativa para lograr una mayor eficiencia. Esto también puede ser una solución rentable, ya que puede ser posible utilizar los radiadores existentes en el hogar.
Además, las tuberías y la disposición de los radiadores también pueden requerir cambios para adaptarse a las nuevas temperaturas del edificio. Esto podría implicar la simplificación del diámetro de las tuberías para minimizar la pérdida de calor, o el rediseño del trazado para repartir las tuberías sobre superficies mayores que retengan la mayor parte del calor. También es importante mencionar las válvulas termostáticas de los radiadores, que ayudarían a ajustar con precisión la temperatura de las distintas estancias en las que interviene el sistema, lo que contribuye a aumentar la eficacia del trabajo del sistema en su conjunto, así como su capacidad de respuesta inmediata.
Es fundamental contar con un técnico profesional y experimentado a la hora de instalarlos, ya que ofrecen características únicas para las bombas de calor y los sistemas de radiadores. Pueden ofrecerle información sobre los radiadores más adecuados para su hogar y comprobar que todos los componentes están conectados correctamente e instalados de la mejor manera posible. La experiencia profesional de Mehta permite esquivar estos errores y garantiza que el sistema de calefacción prospere en el futuro.
Se han proporcionado ejemplos de estudios de casos para demostrar que las bombas de calor, cuando se utilizan junto con sistemas de radiadores, ofrecen beneficios tangibles junto con posibles problemas a tener en cuenta. Por ejemplo, en un proyecto en curso en una zona climática 7 (moderada), se trasladó una vivienda de tamaño medio con una caldera de gas de hierro fundido convencional que proporcionaba calor a la casa y se sustituyó por una bomba de calor aerotérmica, además de adaptar los radiadores antiguos para aplicaciones de baja temperatura. El estudio realizado demostró que los propietarios ahorraron 30% en costes anuales de servicios públicos al utilizar una opción de calefacción más limpia y sostenible que no depende de combustibles fósiles. El resultado también fue un aumento espectacular del rendimiento de la calefacción y de los niveles de confort.
Uno de los casos se refería a una vivienda de nueva construcción con instalaciones de bomba de calor geotérmica y grandes radiadores de baja temperatura en el suelo destinados a estos sistemas. La integración garantizaba una calefacción uniforme en toda la casa, además de comodidad y respeto por el medio ambiente. Estos casos también se utilizan para mostrar la integración satisfactoria de las bombas de calor con diversos tipos de sistemas de distribución de calor, incluidos los fancoils, los zócalos térmicos y los radiadores de paneles de acero o de hierro fundido. Se pone de relieve la necesidad de una planificación y ejecución minuciosas para lograr una compatibilidad y eficiencia óptimas.
¿Busca un fabricante de bombas de calor excepcional? JNOD es la mejor opción, con más de dos décadas de innovación en soluciones de eficiencia energética. Nuestras bombas de calor están diseñadas para proporcionar hasta 75% de ahorro energético, lo que las hace rentables y respetuosas con el medio ambiente. Con una tecnología avanzada probada en 36 países y respaldada por más de 20 patentes, JNOD garantiza un rendimiento de primera clase en cualquier clima. Opte por las bombas de calor de JNOD por su reconocida durabilidad y su extraordinaria eficiencia. ¿No es hora de que experimente lo mejor en tecnología de calefacción y refrigeración?
Tiene buenas perspectivas de futuro, debido a los continuos esfuerzos dedicados a mejorar el rendimiento y la compatibilidad de estos sistemas con formas más convencionales de calefacción, como los radiadores. Se están orientando a la mejora de las temperaturas de impulsión que las bombas de calor son capaces de alcanzar sin riesgo de mermar la eficiencia energética. Esto puede ampliar enormemente la aplicabilidad de su utilización cuando se emplean en configuraciones de radiadores anteriores con adaptaciones mínimas del marco existente.
Otras tecnologías emergentes de bombas de calor son los sistemas híbridos de bombas de calor que utilizan bombas de calor en combinación con otros sistemas o tecnologías de calefacción como la energía solar térmica o soluciones de biomasa. Hay que tener en cuenta que estos sistemas híbridos pueden coordinar el uso de la energía en función de la adaptabilidad y los costes, como resultado de la fluctuación según el clima y las tarifas energéticas. Además, se está desarrollando una nueva tecnología de bomba de calor flexible para combatir los problemas comunes de las bombas de calor estándar, utilizando un sistema de almacenamiento de calor y un pequeño depósito de agua como fuente de calor adicional.
También hay avances en los materiales y el diseño de los radiadores, ya que se trata de un área de interés creciente que pretende crear nuevos radiadores más ajustables que funcionen mejor a temperaturas más bajas. Estos avances deberían consolidar aún más la posición de las bombas de calor como una opción más deseable para aquellos propietarios que deseen cambiar sus sistemas de calefacción y poner sus hogares a la altura del futuro sostenible de la calefacción doméstica.